usted me pregunta por el arte
y yo le respondo que no tenía nada para decir
le respondo, sin ocultamientos
que no estaba escuchando nada
o, mejor, que no me estaba escuchando
sí, señor, así han sido las cosas
me la pasé muerta una temporada
hundida en espesura de paladar
atrapada en tensos elásticos de yeso
inmóvil, fija, indecible
rebotando entre espejos aberrantes
en la crueldad de verse al infinito
sin encontrar nada más allá del primer reflejo
estuve buen tiempo mirando ciego
llorando sólo de impotencia
de lo demás, perfectamente insensible
librando batallas contra batallas
buscando obsesa algún nombre
definir, definir, definir, definir, definir
definitivamente, perdida
sí, así como ahora le digo
ahora, hoy, le digo
que me perdí, de vista, de no ver
buscando una dirección que no era ninguna
de la vaguedad, de la pútrida
atiborrándome del saber hacer
para no desvanecerme
pero inquieta, incómoda, molesta
furiosa
y se lo digo ahora, nomás
con el regusto de la rabia
porque uno gira sobre su eje
y del otro lado algo se ha encendido