la buena racha
existe sólo porque se termina
para salir, hay que volver
por ley de claroscuro
yo me guardo
cada tanto
en mi cuevita
cierro la puerta
de mi caparazón
y me voy del mundo
de vez en cuando
o por un rato
lo más lindo del amor
es cruzarse por la calle
verte venir
y que seas abstracto
parte de todo
un desconocido
verte con ojos de turista
y descubrir con nuevo asombro
cada surco, cada gesto
como si nunca
hubiésemos dejado
de sorprendernos
las fórmulas sólo sirven
para justificar la industria de pizarrones
hay muchas maneras
de hacerse saber
yo uso las palabras
porque poner el cuerpo
puede doler
(aunque no sé cuál de las dos
deja las peores marcas)
en las palabras,
que son las palabras de cientos de otros
que nos esmaltaron
y agujerearon el discurso
puedo agregar
lo que me pertenece sólo a mí
el único relato en el universo
que retrata ésta combinación
el mejor uso que se le puede dar a una cerradura
es espiar a través de ella
me paro bajo el marco de la puerta
y reposás
pálido dentro del sofá bordó
mascando pera o ananá
chorreando jugo
que bebo de tus comisuras
y en tu pecho entornado
diez lucecitas y cuatro cascabeles
que por más que me empeñe en agitar
no suenan