25 junio 2010

Breve cuento de amor y fruta (o "los frutos del amor")

Maura perdió la santa inocencia en la puerta del supermercado. Mientras sus dedos epilépticos mascaban la fruta, pasos a pulso y huella le caminaron la espalda. La voz de Aquel que se estacionaba con puntualidad, brilló por lo bajisonante. Fue ahí que Maura dejó caer una manzana verde para darse vuelta con la boca dispuesta. Como Aquel ensayaba una media sonrisa, un medio guiño, una media levantada de ceja, ella contestó con un medio hombro, una media zancadita, y un medio vuelco de cabeza. No se dijeron más: Maura y Aquel pasearon algunas baldosas con un valsesito, y cayeron redondos sobre el cajón de las mandarinas. Voló un ananá hasta la vereda, pasó rodando una sandía, tres limones hicieron malabares sobre las uvas y un kiwi silbó en picada al piso. Así fue que Maura y Aquel le hicieron el amor a una ciruela.