15 agosto 2011

de tropezar con la misma piedra

eterno retorno de lo idéntico
compulsión a la repetición
ni son lo mismo
ni por razones similares han sido postulados
y sin embargo guardan
el nexo íntimo con aquello que se presenta
una y otra y otra vez
absolutamente articulado
de manera arbitraria

comeremos tantas manzanas
como paraísos hagamos en la tierra
nos encontraremos con los mismos monstruos
al librar idénticas batallas
perseguiremos intuitivamente la matriz
que nos fundó cada vez que nos fundamos
y que dibuja cada célula de nuestra anatomía
desde algún origen irremontable
atravesando la filogénesis que nos atraviesa
desde las huellas ancestrales
propagándose hacia la perpetuidad del cosmos

errantes en el andar imperfecto
que nos conduce sólo hacia lo que será
y tendrá que ser
inevitablemente y por contingencia
puesto de relieve en cada ciclo
e impostura de la naturaleza
que se organiza y organiza sin pedir permiso
volviendo a los lugares por los que se ha de pasar
una y otra y otra vez
para reconcluir y recomenzar
lo mismo, pero distinto

como el recuerdo que aborda de imprevisto
tras lo cual no se puede más que afirmar
que errar es humano y es divino
-si los dioses no son autónomos sino inherentes-
y aunque todo esto no explique
lo repitente de lo pulsante
habremos de estallarnos la cabeza ya estallada
contra la pared ya conocida ya sangrada
aprendiendo cada vez
hasta aprender