10 septiembre 2011

uno y múltiple

No dejarse acercar
al borde del agujero aquel
en el que sólo hay
lo que falta
No hacerse nombrar
por las ausencias
el bosque de malezas
de las pérdidas
Ni despertar atragantado
para siempre
Ni la desesperanza alerta
en los colmillos
Ni buscar el reloj
para ver cuánto falta
Ni entonar la vidala
de la pena que no suelta
Y, sobre todo, no permanecer inmóvil
más rato del que tarda en gestarse
lo nuevo
Abandonar las palabras
que no hacen
-quizá hasta me condene al silencio-

Billar el martes, enamorarse
Cantar el miércoles, enamorarse
Diversidad el jueves, enamorarse
Cosechar el viernes, enamorarse
Cruzar todos los elementos posibles
para crear, y enamorarse
Los amigos que hacen bien
los que van y vuelven, enamorarse
Enamorarse como
forma de estar en el mundo

Pertenecer a aquello que no obliga
y no constriñe
y no etiqueta
y no designa
y no inscribe
indetermina
no sectarizando
sin desestimar lo alter
reuniendo lo heterogéneo
sin miramientos
ni sometimientos
alentando la voz propia y la impropia
que son irreproducibles

llegar al uno
construyendo uno
sin ser jamás, uno