29 agosto 2012

el todo y las partes

la malsana costumbre
de no rechazar
provoca en cada partida
la vivencia de una imposición
de un desguace abrupto
y siempre sorpresivo 
un tirón con cera caliente
en la piel quemada por el sol
demanda absoluta
y no negociable
de mutilación
ultraje y arrebato de lo más propio
de lo propiamente propio
el abandono
de lo incorporado
desgarra al ser
y al cuerpo
lo obliga a inventar fantasmas
vitalicios miembros fantasmas
anónimos y no tanto
la estúpida inconsciencia
del confundido
que se cree uno con el todo
hasta que le quitan su caramelo
y descubre
y deduce, estúpidamente
entre el uno y el todo
cuerdas frágiles
de impertenencia
impertinente
descarnado lamenta
objetos perdidos
perdidos al creerse otrora unido
más luego privado
impedido
rehusado
deconstruido
afectado
el abandono
la creencia chiquita
en el posible retorno
de un dedo
una rodilla
una nalga
la creencia chiquita
y absurda
de lo que se sabe luego del saber
que es el naufragio 
en el mar de las suposiciones
recomponiéndose en la entrega
a un cuerpo y un ser
que no se rompan ni desmembren
en cada sentencia
y en cada fuga